viernes, 13 de noviembre de 2009

Toda la felicidad que cabe en un sueño

La mayoría de las veces no es necesario que busquemos un sentido a las cosas. Quizás porque perderían su encanto. O quizás porque ni siquiera tienen ese sentido que se pretende encontrar.

¿Por qué correr 42.195 metros? ¿Por qué cruzar el continente y explorar la Grecia clásica? ¿Por qué levantarnos a las cinco de la mañana y tras cinco horas empapados bajo la lluvia seguir corriendo hasta Atenas? ¿Por qué nuestro sueño tiene forma de maratón? ¿Por qué nos hace tan felices y la experiencia nos regala uno de los momentos más inolvidables de nuestra vida?

Ha sido una semana tan intensa que vamos a necesitar ir asimilando todo poco a poco. Así que las crónicas irán saliendo al mismo ritmo, igual que las emociones, y eso que ya las echamos fuera todas de golpe.

Explorar Grecia juntos durante una semana ha sido uno de los viajes más fascinantes de nuestra vida. Termópilas, Trikala, Meteora, Delfos, Sunion, El Pireo, Atenas, Corinto, Micenas, Epidauro, Olimpia, Naupflio. Y Maratón. Sobre todo Maratón.

Decía antes de abandonar la gran ciudad que quien vive un instante ha vivido toda una vida. En la salida, bajo la lluvia, el la camiseta de un hombre leiamos que un Maratón corrido es una vida vivida. La leyenda, escrita a mano en la espalda de la camiseta, continuaba diciendo en inglés que “después de 75 maratones se podría decir que he vivido 75 vidas. Pero eso no es suficiente”. En nuestro caso ha sido la primera, y vaya si ha merecido la pena.

Primero las chicas. Que decir. Que lo que siento es no haber podido estar junto a la meta para aplaudirlas todo lo que se han merecido. En las fotos de llegada se las ve exultantes. Y es que no era para menos. Son todo un ejemplo de valentía, de ilusión, de superación. Estamos más que orgullosos de vosotras. Y nada me alegra más que el hecho de saber que también vosotras habéis disfrutado el instante de llegar victoriosas al estadio olímpico y cruzar la meta como unas campeonas. Aún en la lejanía por la coincidencia de horarios corrimos con vosotras desde la salida y hasta la meta. 39´44´´. Enhorabuena campeonas.

Respecto al maratón, valga a forma de resumen. Desayunar de madrugada con unas vistas impresionantes de la acrópolis hasta que el Partenón desapareció en la oscuridad entre las nubes y la lluvia. Correr hasta el autobús y viajar a Marathonas. Los nervios contenidos, la emoción de la salida. Sobre todo la emoción. Protegerse a duras penas de la lluvia y empapados hasta los huesos salir a correr. Correr como sinónimo de tantas cosas. De libertad, de felicidad, de amistad, de locura (porque no…), de sueños. Aquello, que como ya he dicho tantas veces era mi sueño desde niño, y al que pensarlo durante la carrera me hacía sentir los ojos llorosos y la piel erizada mientras la lluvia seguía empapándolo todo. Y Javi siempre al lado. La mejor compañía posible, el mejor escenario posible, el mejor final posible.

Nunca he disfrutado tanto de una carrera. Enseguida encontramos el ritmo y desde ahí fueron más de tres horas y media de cachondeo. Abrazándonos de vez en cuando, aplaudiendo al público, cantando al pasar bajo los puentes de la autovía, de menos a más, volando hasta Atenas. Viendo la lluvia cesar en el kilómetro 20 y lanzándonos a por nuestra meta. Esa que nos esperaba desde hacía mucho tiempo. Sin parar de reir, de hablar, de gritar a todo el mundo. Bien podríamos pasar por un par de locos. Y a Dios gracias las fuerzas nos acompañaron en todo momento. Tras tantos meses de preparación esta vez sólo tocó disfrutar, nada de sufrir. We are the wall.

Siento que este resumen me vaya saliendo como a borbotones. Sin orden, sin lógica. Y es que seguramente necesito digerir mucho más tantas emociones para escribir algo coherente. Pero bueno, sin duda refleja ahora como nos sentimos.

Me quedo con todo lo que disfrutamos un día inolvidable. Con sentirme totalmente emocionado durante toda la carrera. Con las ganas de gritar y llorar de alegría durante todo el recorrido. Con la sensación de correr con un escalofrío en el cuerpo y los pelos de punta.

Así que de momento me quedaré con el último kilómetro y medio. El más feliz de mi vida.

De base las emociones a flor de piel, los ojos cristalinos. Desde el principio ya nos sentíamos maratonianos, finishers. Pero ahí, cerca de la pancarta de último kilómetro, ya estaba todo hecho. Era verdad. Corriamos por Atenas y el estadio olímpico nos esperaba muy cerca. De repente, Javi (que grande eres!) me dice: “toma, sujeta”, y al mirarle me lo encuentro con la enorme bandera de España que habíamos llevado al Madison Square Graden de Nueva York hace un año y medio. Cogimos cada uno una punta y así corrimos el último kilómetro entre los gritos y los aplausos de la gente. Que emoción. Toda una fiesta. Sin dejar de correr varios abrazos y brincos. Increíble.

Y de repente, ante nuestro ojos, el impresionante estadio Panhatinaiko con sus asientos blancos de mármol y el tartán gris con los aros olímpicos presidiendo todo. El estadio más bonito que he visto nunca. Por todo lo que significa y porque ya es una parte muy importante de nuestra vida.

Sin parar de golpearme el pecho, mientras que Javi extendía los brazos mirando al cielo, mirábamos al graderío hasta que conseguimos localizar a las chicas. Que alegría. Ese instante es el que vale toda una vida.

Los últimos metros con la bandera abierta gritando, llorando, riendo, dando saltos y botes literalmente sin parar de correr. En alguna de las fotos salimos hasta abrazados dados la vuelta. Y sin parar de correr. Hasta la meta. Y más allá. Que aún quedaban fuerzas para bailar con la música.

El tiempo neto final 3 horas 39 minutos 51 segundos. Con una segunda media maratón unos cuatro minutos por debajo de la primera. Y sin sufrir. Que vinimos a disfrutar y vaya si lo hemos conseguido.

Se que nunca olvidaré todos esos momentos. El viaje, la salida, todo el maratón, el último kilómetro, la entrada al estadio, emocionarme como un niño al ver a Cristina junto a la meta y poder dedicarla la carrera, abrazarnos mientras corríamos, soñar despiertos en el estadio olímpico después de cuarenta y dos kilómetros, los aplausos de la gente, la algarabía que provocábamos con nuestros gritos y saltos y la bandera de España. Las ganas de bailar, de seguir soñando. Por mucho que lo habíamos imaginado no eramos conscientes de cuanta felicidad puede caber en algo más de un kilómetro y medio, en algo más de cuarenta y dos kilómetros bajo la lluvia, en un sueño cumplido con forma de maratón y estadio olímpico. Correr juntos, vivir juntos, soñar juntos.

Gracias cariño por todo lo posible y lo imposible. Por cada instante, por cada momento a tu lado. Por cada sonrisa. Gracias Javi por ser mi mitad. Dos en uno. Que esto no era algo en solitario, sino todo lo contrario. Gracias por ser mucho más que un amigo. Gracias Mónica por tu paciencia, por tu ilusión, por arroparnos en cada momento. Nunca olvidaré cada instante vivido en toda esta aventura. He sido muy feliz. Sin duda encontramos nuestro sueño. Ya somos maratonianos.

Correr juntos, vivir juntos, soñar juntos.

Atenas 2009.

P.D. Sirvan estas fotos de anticipo, a esperas de que tengamos las buenas.
.

Las campeonas:





Pasando por el kilómetro 30:


Los campeones:






7 comentarios:

Pepemillas dijo...

No tengo palabras. No las tengo. Si esto es sólo un anticipo voy a tener que ir comprando un buen lote de cleenex. Inevitablemente se me han saltado las lágrimas. Así como os lo cuento. Yo vivo esto así. Tal vez suene ridículo o excesivo pero así es.

¡Qué maravilla, amigos! ¡Cómo me alegro por vosotros cuatro y cómo os entiendo!

IM-PRE-SIO-NAN-TE.
Es justo lo más parecido a lo que yo quiero vivir alguna vez. A lo que espero vivir alguna vez. ¡Dios...!

Esperaba algo así saliendo de vuestra pluma. Sabía que sería algo así. Maravilloso.

Sigo pendiente de vosotros y de cuanto contéis de esta experiencia. Ahora, lo leeré por tercera vez.
Os sigo leyendo.
Un sincero y fortísimo abrazo para cada uno de los cuatro, Mónica, Cristina, Javier, Miguel.

Gracias por esta entrada que yo personalmente tomo como un valioso regalo.

Sólo por reseñar fragmentos que lo resumen todo, me quedaba con estos... Aunque nada de lo que habéis escrito tiene desperdicio.

Con sentirme totalmente emocionado durante toda la carrera. Con las ganas de gritar y llorar de alegría durante todo el recorrido. Con la sensación de correr con un escalofrío en el cuerpo y los pelos de punta.

Cogimos cada uno una punta y así corrimos el último kilómetro entre los gritos y los aplausos de la gente. Que emoción. Toda una fiesta. Sin dejar de correr varios abrazos y brincos. Increíble.

Sin parar de golpearme el pecho, mientras que Javi extendía los brazos mirando al cielo, mirábamos al graderío hasta que conseguimos localizar a las chicas. Que alegría. Ese instante es el que vale toda una vida.

Los últimos metros con la bandera abierta gritando, llorando, riendo, dando saltos y botes literalmente sin parar de correr. En alguna de las fotos salimos hasta abrazados dados la vuelta. Y sin parar de correr. Hasta la meta. Y más allá. Que aún quedaban fuerzas para bailar con la música.


Maravilloso, amigos. Maravilloso.
FELICIDADES.

Pepemillas dijo...

¡OS APLAUDO, VALIENTES!

Anónimo dijo...

Estimados maratonianos, enhorabuena por vuestra maratón ateniense que tanta felicidad os ha producido.
Habéis probado esta droga y ya no la podréis dejar. Cuando se acaba una maratón no puedes dejar de pensar en la siguiente. Espero que en las próximas disfrutéis tanto o más que en ésta.
Un saludo
Javi Sanz

Celina dijo...

Muchas felicidades! creo que la frase que tenía ese maratoniano escrita en su camiseta fue un presagio de lo que os quedaba por sentir, por vivir, después de estos meses de preparativos. Mi más sincera felicitación a los 4. Qué crónica más linda, es posible imaginarse lo que habéis vivido gracias a la emoción que transmites, estoy con Pepe, impresionante, has conseguido emocionarme. Espero que nos sigas contando poco a poco todo lo que habéis disfrutado, un beso enorme y confío que Cris y su familia estén mejor. Mua

Tecolinha dijo...

Hola.
Me he "colado" a través del blog de Pepemillas, sólo he leído esta entrada, pero no puedo evitar decir algo: gracias.
Pretendo correr mi primer maratón en 2010 (Mapoma) y estoy haciendo un pequeño dossier de experiencias maratonianas, especialmente de "primeras" experiencias maratonianas. Me gustaría incluir la vuestra porque ha sido realmente emocionante. GRACIAS DE NUEVO.

Javi dijo...

Estimados lectores, espero q durante esta semana me de tiempo a subir todas las cronicas q tengo preparadas. Estoy en ello y cuando lo haga coger buen sitio porque va a ser largo, que la ocasion lo merece. Mientras disfrutaremos con las cronicas de miguel, q como siempre son muy buenas y emocionantes.

Miguel dijo...

De verdad que muchísimas gracias a todos!!!!

Para nosotros es un auténtico placer teneros por aquí, y nosotros también seguimos muy de cerca vuestras andanzas.

Pepe, gracias por tantos halagos. Como decía en otro blog temo que ya eres todo un amigo y no muy parcial... jejeje Estoy convencido que el maratón también te deparará las mismas emociones, los mismos sentimientos, porque con la ilusión y las ganas que cuentas tu día a día esta aventura en la que estás embarcado no va a poder tener otro final posible. Mucho ánimo con esa preparación para MAPOMA, que el futuro estoy convencido te guarda momentos inolvidables. Aún no se de que lado, pero allí estaré para aplaudirte en la línea de llegada el 25 de abril. Para aplaudirte como todo lo que eres, un campeón y una gran persona.

Celina, gracias por todo tu apoyo y tus constantes visitas. Y sobre todo muchísimas gracias por los ánimos a la familia de Cris. Estamos encantados de conocerte y tenerte por aquí. Gracias a tu blog también nosotros seguimos muy de cerca tus pasos y lo que tenemos claro es que eres capaz de conseguir todo lo que te propongas. mucho ánimo con todos esos planes y felicidades por el entusiasmo que transmites en cada entrada.

Javi Sanz, como ya te hemos dicho es un auténtico placer que te asomes a nuestro blog. Gracias por tu ejemplo y por ser todo un referente de nuestros sueños.

tecolinha, gracias a ti por tu comentario y sobre todo por añadir nuestra crónica a tu blog. Ánimo con tu sueño. Estoy plenamente convencido de que el final será muy feliz y que disfrutarás tanto el camino como la meta. El 25 de abril allí estaré para aplaudir todo lo que pueda.

javi... que grande eres!!!! gracias de nuevo por todos estos inolvidables catorce meses. Y los que nos esperan, eh??

un abrazo a todos!