jueves, 19 de noviembre de 2009

MARTES 3 DE NOVIEMBRE


Día de inicio del viaje, comienza a las 8 de la mañana. Último entrenamiento en España, sólo son 65 minutos, suaves y con la mente puesta en el avión y en el destino. Al terminar, buenos estiramientos y preparación de últimos detalles para ir camino del aeropuerto. A las 12.45 partimos hacia allá, nos esperan unas cuantas horas en el aire para llegar al destino.

A las 14:15 ya estamos en el aeropuerto y a los pocos minutos llegan Miguel y Cristina, también traen las maletas llenas de ilusiones y de sueños por cumplir. Charlamos un ratillo antes de facturar, para empezar a ponernos al día de todos los detalles. La facturación es rápida y pronto estamos comiendo un buen bocata de tumaca, por si acaso echamos de menos las comida española jeje.

La espera es agradable y se nota que tenemos ganas de viajar, un año de espera para este momento. Todo el tiempo que hemos estado soñando este momento, ha llegado.

Embarcamos y pronto estamos volando con destino a Atenas vía Frankfurt, el viaje se pasa rápido y cuando menos nos lo esperamos estamos pisando suelo alemán. Otro par de horas de espera que las amenizamos jugando un parchís muy entretenido, tanto que no nos da tiempo a terminarlo en el aeropuerto. Despegamos de Frankfurt y desde el aire solo se ven luces, la noche se nos ha echado encima. Pasan las horas y desde el avión nos dicen que estamos apunto de aterrizar, todo en hora. Miramos por la ventanilla por si tuviéramos suerte de ver desde 5000 metros la acrópolis de Atenas iluminada, pero no la hay y en minutos estamos en Atenas.

Recogemos el equipaje sin problema y nos espera el coche, unos minutos de papeleo y tomamos los mandos de un coche griego. Gracias al GPS y a las indicaciones de propietario del coche llegamos más o menos bien a Atenas. Pero la búsqueda de la calle es un poco más complicada. Nos cruzamos con militares que llevaban metralletas y granadas. Todo ello visto por la noche y con la tensión del momento y nos hace preguntarnos en donde nos estamos metiendo. Por suerte encontramos la calle del hotel, es un barrio un poco viejo, oscuro y parece hasta peligroso. El siguiente problema, después de dejar el equipaje en las habitaciones del hotel, era buscar un aparcamiento que según nos comentan unos policías a los que preguntamos, a esas horas es algo difícil. Nos ponemos en ello y creemos tener suerte al encontrar uno no muy lejos del hotel, pero al preguntar si estaba bien aparcado nos dicen que no, que es una plaza para residentes y que a las 6:30 habría que moverle, pero hasta las 9:30 no tenemos pensado mover el coche. Por suerte dimos con unos atenienses muy amables que nos encontraron una plaza para aparcar.

Camino de vuelta al hotel, son las 3:00 de la mañana y hay que descansar que el día ha sido muy largo. Estamos en Atenas, estas calles serán testigos de nuestros últimos kilómetros, los kilómetros de nuestro sueño.

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