Porque en ocasiones hay días en los que querrías desaparecer. Porque hay días que te gustaría quedarte en la cama. Porque hay días que querrías escapar. Porque en ocasiones hay días oscuros en los que te gustaría que el mundo se parase unos instantes, o al menos, bajarte de él por un momento. Porque todos seremos pianistas si desaparecen los pianos. Porque tras la tormenta llega la calma. Porque correr nos hace más libres. Porque esos días grises los puede arreglar una canción, una carrerita, una sonrisa o un abrazo. Porque nuestra próxima estación siempre será esperanza.
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