No es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente.
Maurice Herzog
El mundo del corredor popular, del deportista anónimo. Dónde cada uno tiene su propia historia, su propia motivación. Siempre de forma discreta. El mundo y la vida de la gente normal.
El domingo, durante la carrera se podían ver miles de estas vidas anónimas.
Antes de la salida, pasaba junto a nosotros un hombre ya mayor, de unos sesenta años, con una camiseta en la que por encima del dorsal lucía la foto de otro hombre de una edad similar a la suya. Probablemente su compañero de carreras, que ya no puede acompañarle, y al que ahora rinde homenaje en cada prueba llevando con él su fotografía. Otro hombre pasa con una camiseta con la foto de un chico joven. En esta ocasión imaginamos que se trate de algún hijo suyo a quién echa mucho de menos y le dedica cada carrera llevando su foto con él. Durante el recorrido, unos niños acompañados de un hombre joven lucen orgullosos una bonita pancarta llena de dibujos: “¡Ánimo mamá! Eres la mejor”. Más adelante, de nuevo una escena similar. Ya en la llegada, los amigos de abrazan al entrar, levantan los brazos juntos. Algún corredor mira al cielo y levanta los brazos al pasar bajo la meta. Una pareja que ha entrado junta se da un beso en toda regla. Dos mujeres ya mayores entran toda la recta final cogidas de la mano. Un hombre lanza un beso a la pancarta de veintiún kilómetros. Algunos, agotados, cruzan la meta con una mirada de satisfacción. Otros entran mareados, tambaleantes… Muchos padres cogen a sus hijos que les esperan junto a la valla para cruzar con ellos la meta.
Antes de irnos a la ducha nos acercamos a la valla de la última recta para aplaudir a algunos de esos héroes anónimos. Y ya camino de casa, nos cruzamos a una joven madre con dos niños de la mano. El mayor, emocionado y orgulloso, le dice: “¡Mamá, mañana en el colegio voy a contar a todos que mi padre ha terminado una maratón!”.
Historias de corredores populares. Como nosotros. Ganadores cada uno de una carrera donde no sólo gana el primero, sino todos y cada uno de ellos. Cada uno con sus motivaciones, su historia y su felicidad.
El domingo, durante la carrera se podían ver miles de estas vidas anónimas.
Antes de la salida, pasaba junto a nosotros un hombre ya mayor, de unos sesenta años, con una camiseta en la que por encima del dorsal lucía la foto de otro hombre de una edad similar a la suya. Probablemente su compañero de carreras, que ya no puede acompañarle, y al que ahora rinde homenaje en cada prueba llevando con él su fotografía. Otro hombre pasa con una camiseta con la foto de un chico joven. En esta ocasión imaginamos que se trate de algún hijo suyo a quién echa mucho de menos y le dedica cada carrera llevando su foto con él. Durante el recorrido, unos niños acompañados de un hombre joven lucen orgullosos una bonita pancarta llena de dibujos: “¡Ánimo mamá! Eres la mejor”. Más adelante, de nuevo una escena similar. Ya en la llegada, los amigos de abrazan al entrar, levantan los brazos juntos. Algún corredor mira al cielo y levanta los brazos al pasar bajo la meta. Una pareja que ha entrado junta se da un beso en toda regla. Dos mujeres ya mayores entran toda la recta final cogidas de la mano. Un hombre lanza un beso a la pancarta de veintiún kilómetros. Algunos, agotados, cruzan la meta con una mirada de satisfacción. Otros entran mareados, tambaleantes… Muchos padres cogen a sus hijos que les esperan junto a la valla para cruzar con ellos la meta.
Antes de irnos a la ducha nos acercamos a la valla de la última recta para aplaudir a algunos de esos héroes anónimos. Y ya camino de casa, nos cruzamos a una joven madre con dos niños de la mano. El mayor, emocionado y orgulloso, le dice: “¡Mamá, mañana en el colegio voy a contar a todos que mi padre ha terminado una maratón!”.
Historias de corredores populares. Como nosotros. Ganadores cada uno de una carrera donde no sólo gana el primero, sino todos y cada uno de ellos. Cada uno con sus motivaciones, su historia y su felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario