miércoles, 1 de abril de 2009

Historias del Viejo Madrid (V)


Una vez dejemos atrás la mitad de la carrera y el recuerdo de las torres inclinadas cruzaremos al margen contrario de la Castellana, y nuestros pasos se dirigirán irremediablemente al Parque del Retiro.

Para ello, tras abastecernos en el avituallamiento situado en el kilómetro diez, iniciamos una parte de la carrera que siempre tenderá hacia abajo, con perfil descendente, a pesar de que nos encontraremos con algún tobogán de subidas y bajadas, pero que siempre constituirá un terreno favorable para nuestros intereses.

Muy cerquita de la estación de trenes de Chamartín, auténtico punto neurálgico de la ciudad, comenzaremos a bajar por la calle Pío XII que más adelante conectará con Príncipe de Vergara, para desde la Plaza de Cataluña coger Serrano y volver a atravesar el barrio de Salamanca por donde ya pasamos al comienzo de la carrera y terminar rodeando (kilómetro 16-17) el Parque del Retiro en búsqueda de la Puerta del Ángel Caído (kilómetro 19) junto a la cuesta de Moyano para tras la última subida llegar a línea de meta.

En esta parte de la carrera atravesaremos todo el Barrio de Salamanca (Serrano, Diego de León, Príncipe de Vergara y Menéndez Pelayo), otro de los barrios más carismáticos de la capital y sin duda uno de los más selectos y exclusivos. Barrio del lujo, de la milla de oro, del shopping y el pijerío.

En esta ocasión me gustaría centrarme en la calle Serrano, actualmente en obras por la remodelación que se está llevando a cabo y la habilitación (¡que gran noticia!) de un carril-bici.

Llamada en un comienzo bulevar Narváez, en la actualidad toma el nombre del general D. Francisco Serrano y Domínguez (1810-1855) duque de la Torre, ministro de la Guerra, regente de la nación, dos veces presidente del gobierno y capitán general de Cuba, donde hizo una gran fortuna permitiendo el tráfico negrero. El General habitó la casa existente en el número 14 de esta calle, donde murió y donde tuvo el famoso teatro Ventura, en el que actuaban gran número de aristócratas aficionados a la escena.

Esta calle, abierta por D. José de Salamanca en los últimos años del reinado de Isabel II, seguía la antigua cerca de la villa en el trozo comprendido entre la Puerta de Alcalá y lo que luego fue la calle de Goya, por donde bajaba dicha cerca hasta encontrar la Puerta de Recoletos, situada donde hoy está la plaza de Colón.

En ella tuvieron su residencia numerosos personajes de la vida política y cultural española, como Antonio de los Ríos y Rosas, José Fernández de la Hoz, Antonio Romero, Manuel Alonso Martínez, Emilio Cautelar, Francisco Navarro Ledesma, Miguel Moya, Antonio Cánovas del Castillo, José Lázaro Galdiano, Benito Pérez Galdós, Francisco Silvela y un largo etcétera de ilustres personajes. Y es que siempre ha sido una de las zonas más aristocráticas de Madrid. También es un importante foco cultural, ya que en ella hasta hace poco estaba la sede del periódico ABC y en la actualidad residen en sus aceras el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Lázaro Galdiano.

Tanto en el kilómetro tres, a la ida, como en el catorce, a la vuelta, pasaremos junto al bunker que es hoy la Embajada de los Estados Unidos, y que se levanta sobre el terreno en el que existía el palacio de “La Huerta”, que incluía la calle de Serrano aún no abierta en este trozo. El palacio pertenecía al marqués de la Puente y Sotomayor que le cedió a su hija como regalo de boda al contraer matrimonio con Antonio Cánovas del Castillo, y allí se situó la capilla ardiente del político tras ser asesinado en Santa Águeda.

Como ya hemos dicho, tanto al principio como al final de la carrera atravesaremos esta zona tan exclusiva de Madrid. No iremos con tiempo para entrar en alguna de sus tiendas. Ni siquiera para pararnos a ver algún escaparate, ni para poder comprar un regalito a nuestras queridas. Pero si podremos fijarnos en uno de los barrios más “guapos” de Madrid. Y es que, sobre todo a la vuelta, será el momento de limpiarnos un poco la cara y adecentarnos un poquito. Para la ocasión no podremos recurrir a “armanis” o “versaces”, pero nos tenemos que poner guapos, que la llegada al Retiro es inminente y allí nos esperan nuestras damiselas y los focos de la línea de Meta. Ánimo, que ya queda poco.

Gracias una vez más por su atención.

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