miércoles, 6 de mayo de 2009

Caminos



Muy a menudo me ocurre.

En un viaje en coche o en tren, de repente observas un camino formando parte del paisaje, y acto seguido mi cabeza está imaginando el gustazo que sería estar corriendo por ahí en ese momento. Otras veces, desde la carretera se contempla a un corredor que alejado del pueblo o la ciudad más cercana corretea con sus zapatillas y acto seguido mi cabeza ya está volando imaginándose en su lugar.

Y es que, muy a menudo, en esas situaciones, me entran unas ganas enormes de salir a correr. Porque aunque muchas veces tener que salir a correr me de una pereza enorme, o en ocasiones parezca más casi una obligación, me encanta correr.

Hay miles de lugares para correr. Hay cientos de paisajes que recorrer.

Y siempre, una cosa la suelo unir con la otra. Me encanta correr, pero me encanta ir por sitios, lugares y paisajes que me atraigan. Que para eso una de las mejores cosas que tiene salir a correr es disfrutar de los paisajes y alejarte de la rutina y el paisaje del día a día.

Hay carreras, aventuras, con las que uno sueña. También me ocurre muy a menudo. Carreras que tienen algo especial. El ambiente, el lugar, los sitios por donde transcurre, la gente. Carreras de las que siempre has oído hablar. Carreras que más allá del kilometraje tienen un significado especial y que de siempre están dando vueltas en la cabeza. Carreras con las que muy a menudo uno sueña el poder correrlas algún día.

En este momento todo lo centra la Maratón. Además la de Atenas. La auténtica, la que une Marathonas con la capital griega y nos llevará por el recorrido histórico, la que sigue el trazado olímpico para terminar en el mítico estadio Panathinaiko donde se celebraron las primeras olimpiadas de la era moderna. Y es que, desde niño, correr un maratón siempre ha sido un sueño. Un reto, una aventura. Un privilegio formar parte de un plan así.

Un sueño que ahora está más al alcance de la mano que nunca.

Pero es que, además, existen otras carreras, otros retos o aventuras, que desde hace muchos años, desde siempre, están en la cabeza, en la lista de cosas pendientes.

La aventura total. Una carrera en autosuficiencia y aventura por el desierto en la mítica carrera que durante siete días lleva a cruzar 240 kilómetros del desierto del Sáhara sin más ayuda que la de uno mismo, la imponente Marathon des Sables en Marruecos. Otros sueños más cercanos en la geografía y en las posibilidades. Correr la tarde del treinta y uno de diciembre junto a quince mil personas de fiesta en la San Silvestre Vallecana. Correr por estrechas calles repletas de público y antorchas encendidas la noche de San Antón en Jaén. Atravesar las ruinas de Itálica en el cross que se celebra en Sevilla. Los preciosos veintiún kilómetros que unen Behobia-San Sebastián, o la magnífica media maratón de Vigo-Bay junto a la costa gallega. Viajar a Cantabria para atravesar durante treinta kilómetros el desfiladero de la Hermida en la mítica carrera Panes-Potes. Correr diez kilómetros por el centro de Barcelona en la Cursa de la Mercé. O la Herri Krosa en Bilbao. Visitar Cuenca en el mes de Junio para participar en la carrera de la Hoz del Huécar, una de las más bellas de nuestro país. Participar en una carrera de montaña. Correr entre la nieve de mediados de diciembre en plena sierra de Madrid la San Silvestre de Cercedilla. Correr el maratón de Madrid. El de New York, Boston o Berlín. La locura de un triatlón. Ir a Ronda a terminar los 101 kilómetros que unen bicicleta y carrera a pie.

Tantos y tantos retos. Tantas y tantas carreras. Siempre con la idea de no participar en muchas carreras sólo por el hecho de participar, sino con la idea de participar en aquellas más sugerentes, en aquellas más bellas.

Aún quedan muchas aventuras.

Muchas carreras y retos que unen belleza y aventura.

Como dice Javi, el arte de correr.

1 comentario:

Javi dijo...

Cuantas carreras, cuantos sueños por cumplir... Me pasa lo mismo q a ti, veo los caminos y me gustaria estar corriendo por ellos, disfrutar del paisaje y aprovechar el momento. Pedimos salud para poder segir practicando este deporte, cansado pero bonito. Segiremos entrenando para nuestro segundo y proximo objetivo