martes, 14 de octubre de 2008

Otoño en Bratislava


Querido diario…

Un parón en la rutina, y un pequeño viaje fuera de la época normal de vacaciones siempre es una experiencia genial.

Bratislava, capital de Eslovaquia, es una pequeña ciudad situada a orillas del Danubio. Un viaje para pasear, para perderse entre callejuelas adoquinadas, viejas tabernas, escenarios de cuento, bosques y recorrer la orilla del Danubio. Unos días para detener el reloj, relajarse y desconectar de rutinas, lunes y obligaciones. Letes se ha ido a trabajar tres meses allí, y aprovechar para ir a verle era una excusa perfecta.

La ciudad de Bratislava, su casco antigüo, respira tranquilo, sin prisas, con el reloj detenido en otro tiempo entre casitas bajas sacadas del escenario de un cuento, calles estrechas adoquinadas y peatonales, tabernas típicas repletas de lugareños donde poder encontrar enormes cervezas y exquisitos vinos de la región, y el Danubio... el Danubio siempre presente llenándolo todo, los paisajes, los bosques que crecen a su lado, los castillos que surgen en sus laderas, la vida de Bratislava...

Entre medias, excursiones a pueblecitos eslovacos, visitas a castillos desde donde las vistas del Danubio y los bosques sobrecogen, conciertos de jazz en un pequeño club, paseos por frondosos bosques de mil colores rojos, amarillos, ocres y verdes por el otoño.. y pasar un domingo en la fiesta de la col que cada primer fin de semana de octubre se celebra en Stupava, un pequeño pueblo a media hora en coche de Bratislava... la típica fiesta donde rodeados de puestos de artesanía local, comida y bebida, la gente pasa el día en el campo sentados en enormes mesas de madera vestidos con sus ropas de leñadores bebiendo cerveza y burciak, un exquisito vino blanco típico de aquella región, mientras que en un escenario durante todo el día hay actuaciones musicales de folk eslovaco... y todo eso solo rodeados de lugareños, sin un solo turista...

En resumen, una semana fantástica de vacaciones…

El viernes, ya de vuelta, debut muy divertido de Cris al padel (me encanta hacer cosas contigo). El domingo fiesta de la Hispanidad. Por la mañana, con el cielo muy nuboso a correr 32 minutitos. Los mejores desde que comenzó este blog. En la Castellana, el desfile del ejército para la fiesta patria estaba preparado. Militares, cánticos marciales y tanques ocupándolo todo. La legión al frente. El resto de la Castellana, cortado por seguridad, sin tráfico ni gente, solo para mí, para correr por todo el centro de la principal avenida de Madrid. Desde Colón a Nuevos Ministerios.

Por la tarde, vuelta a la Castellana. A pasear con Cris. A estas horas otro desfile, el del festival de América. Una carroza por cada país, y la calle tomada por hispanos y españoles. Bachata, samba… música por todas partes. La gente de fiesta, con las distintas banderas juntas y sin parar de bailar. Familias que tienen muy lejos lo suyo y a los suyos mezcladas con familias españolas.

Lo siento. Me quedo con el ambiente festivo, las sonrisas y la música, mejor que con el ruido de los carros de combate al avanzar, los fusiles y las marchas militares.

No hay comentarios: