El domingo amaneció con el cielo encapotado y con una temperatura muy buena para correr. Como viene siendo habitual, el despertador suena a las 7.45, a pesar de haber dormido poco me levanto descansado y con el ánimo puesto en la carrera. Desayuno habitual en el día de la carrera y con tiempo suficiente para hacer una buena digestión. Poco después se levanta Mónica que me acompaña en el desayuno y me ayuda en los preparativos de la mochila para que no nos falte ningún detalle. Todo cuenta y nada se puede olvidar.
A las 9 nos pasamos a buscar a Miguel, baja de casa solo, nos falta Cristina, ya notamos su ausencia en el coche. Nos dirigimos al punto de salida, según vamos llegando al pueblo se va respirando aire de carrera, vemos a gente poniéndose el dorsal, algunos ya están calentando y los preparativos en la linea de salida se van terminando. Se queda pequeño el pueblo para acoger a tanto corredor y sobre todo a tanto coche y tanto acompañante. Vamos saludando a las caras conocidas que nos encontraremos en la carrera y nos deseamos suerte mutua. Unos minutos antes del inicio y mientras realizamos nuestros preparativos (dorsal, vaselina, fotos de rigor, estiramientos y ultima bebida y comida) charlamos con una simpática señora del pueblo que nos comenta lo alegre que ve el pueblo con tanta gente y nos describe un poco el recorrido que nos vamos a encontrar. Realizamos un leve calentamiento y volvemos a la linea de salida. Esta vez llevamos todo con nosotros y no se nos ha olvidado nada. Mónica nos despide minutos antes de la salida y nos desea suerte.
Los primeros kilómetros transcurren con tranquilidad, tomando contacto con el suelo que es muy irregular y colocándonos en una posición buena con un ritmo de menos a mas. De los errores se aprende y esta vez nos tomamos la salida sin prisa y disfrutando de la carrera por el campo. Charlamos distendidamente y hablamos como 2 amigos que somos, de nuestras cosas personales y nos ponemos al día, como si de un entrenamiento se tratara pero con mas gente alrededor, no parece que estemos en una carrera, incluso en el ambiente se siente que la gente se lo toma con mas tranquilidad de lo normal.
El terreno inicial es muy irregular y no permite coger un ritmo de carrera, quizás porque estemos acostumbrados a entrenar y a correr por asfalto y sin tantos obstáculos en el suelo, comenta Miguel que todo el rato mirando al suelo para no caernos nos impide ir viendo el paisaje y disfrutar aún más de la carrera.
Llegamos al primer avituallamiento, ya hemos roto a sudar y con ritmo un poco mas aceptable vamos avanzando en posiciones. Primera vez que nos encontramos Mónica, que por suerte puede seguirnos por varios puntos del recorrido, que nos da los primeros ánimos. Realmente nos encontrarnos bien, hoy si que estamos disfrutando bien de la carrera. Vamos atravesando llanuras y caminos, que se vuelven un poco estrechos, con mucha vagueación y muy irregulares, es la parte mas fresca del recorrido pues pasamos cerca del riachuelo. Durante varios minutos por esta parte del recorrido todos vamos en fila india, son pasos muy estrechitos en los que nos golpeamos las piernas y los brazos con los arbustos. Incluso en ocasiones me parece que nos hemos perdido del resto de la gente, pues no vemos mas que arboles y piedras por el camino. Pronto salimos a una llanura mas abierta y la sensación de poder correr con más tranquilidad se apodera de nosotros, es el momento de segundo avituallamiento y de la tercera y ultima vez que vemos a Mónica antes de la meta.
Es el momento de reponer fuerzas en la bajada, glucosa, barritas energéticas y agua nos ayudan a reponer un poco del esfuerzo realizado y poder afrontar el final de la carrera con garantias. El camino transcurre por largos caminos de tierra ya es todo llano con largas rectas y con la meta al fondo, muy al fondo del horizonte. Parece que está cercano pero tarda en llegar. Cogemos un ritmo algo mas fuerte para terminar, vamos avanzando dandonos animos y con la moral por la nubes. El pueblo está cercano e incluso adelantamos a corredores que los veiamos a lo lejos. Callejenado por el pueblo vemos la meta, los nuestros nos están esperando (a Mónica se le han unido los padres de Miguel y su perrita luna). Metros antes nos abrazamos y levantamos los brazos. Nuestra firma de llegada, nuestra manera de volver a demostrar que hemos vuelto a ganar, nuestra manera de demostrarnos que vamos por el buen camino, nuestra manera de demostrarnos que tanto entrenamiento y tanto sufrimiento en solitario tiene su recompensa. Da gusto llegar a meta asi, con la sensacion de haber disfrutado de una gran carrera y de sentirnos bien.
Al terminar la carrera bebemos y comemos para reponernos, realizamos unos estiramientos y comentamos las anecdotas de la carrera, se nota lo agusto que hemos corrido por las risas que nos echamos. La organización de la carrera fue excelente, al final de la misma tenian preparado unos aperitivos para corredores y acompañantes. Reponemos fuerzas mientras se hace la entrega de trofeos y se realizan sorteos de diferentes regalos que los organizadores y patrocinadores han donado para la ocasion. Esperamos escuchar nuestros dorsales, se acercan pero no salen, no importa nos vamos con una sonrisa y la satisfacción de haber pasado un buen día.
El camino de regreso a casa es mas relajado y continuamos con las ultimas anecdotas del día. Todo ha salido bien. Ahora unos dias de vacaciones, pero sin olvidar unos pequeños entrenamientos y a seguir soñando, que lo tenemos mas cerca. De nuevo gracias por estar ahí, a todos, gracias.
1 comentario:
grande Javi de Javier!!!!
que gran crónica!
imposible añadir nada más!
que tengáis muy buenas vacaciones!! disfrutar mucho!!
un abrazo!!
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