martes, 9 de junio de 2009

Conspiración



Cardeñosa (Ávila)

El domingo no quedará otro remedio que enfrentarnos a lo desconocido, a lo inhóspito, al camino que aún no conocemos pero a través del cual nuestros pasos deben de llevarnos. A diferencia de la carrera de Madrid o la de Ávila, dónde conocíamos cada curva, cada cuesta del recorrido, cada lugar de respiro, el domingo no tendremos ninguna referencia de la carrera. Además toca olvidar el asfalto y las calles de la ciudad para recorrer senderos y caminos de tierra entre piedras de granito y encinares. Toca cambiar carretera por el polvo del camino. Pero una cosa sí que conocemos de antemano. Nuestra ilusión, nuestras ganas y nuestro valor para completar la carrera volverán a ser las mismas o quizás mayores que en las carreras anteriores, y al final, seguro que llegaremos vencedores a la meta con un brazo al cielo y con el otro abrazados, en ese gesto que ya hemos hecho tan nuestro.

Otra cosa también conocemos. El domingo no sólo vamos a enfrentarnos a una lucha con nosotros mismos, sino que también nos embarcaremos en una aventura que nos hará formar parte de toda la historia que respiran estos senderos. Por aquí pasó en 1504 el cortejo fúnebre de Isabel la Católica camino de Granada, por aquí Santa Teresa iniciaba su camino de perfección en busca de nuevos conventos que fundar, por aquí los peregrinos derraman desde hace cientos de años su sudor en busca de la tumba del apóstol Santiago.

El camino nos hará dejar atrás Narrillos de San Leonardo, Cardeñosa, el balcón de la Moraña y Peñalba de Ávila hasta llegar a Gotarrendura en lo que es algo más que un paseo histórico, cultural, deportivo y ambiental.

El camino dejará atrás todas las sombras funestas que lo rodean, su historia, sus intrigas. Intrigas que nos llevarán al recuerdo de un lejano 5 de julio de 1468.

Esa lejana tarde de verano, el infante Alfonso, hermano menor de Isabel la Católica y heredero al trono, que disputaba con su hermanastro el rey Enrique IV, hizo un alto en Cardeñosa durante su camino desde Ávila hasta Arévalo. Al detenerse a descansar, al príncipe le sirvieron unas truchas escabechadas que parece pudieran ser la causa de un trastorno que le llevara a la muerte. Su fallecimiento fue la causa de que su hermana Isabel se aliara con los nobles en contra de Enrique IV y su hija Juana la Beltraneja para alcanzar el trono de Castilla.

El camino nos espera. Con sus intrigas. Con sus misterios y sus sorpresas. El domingo nos encontraremos con él. Y con su historia, que pasará a formar parte de la nuestra.

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