viernes, 26 de junio de 2009

Cerrado por vacaciones


Nadie comprendió entonces sus palabras.
Por eso andan, ahora, las palabras,
pasando por los vientos,
ávidas de que alguno las recoja
siglos después de pronunciadas.
y aquí están aguardando que alguno las escuche,
aquí donde confluyen Broadway y la Séptima Avenida.
Fue aquí donde él me vio,
donde narró la crónica
de este instante en que estoy evocándolo.
Aquí, entre anuncios luminosos,
en la ciudad de Nueva York.

José Hierro - Cuaderno de Nueva York


Hay en el mundo unas islas que ejercen sobre los viajeros una irresistible y misteriosa fascinación. Pocos son los hombres que las abandonan después de haberlas conocido; la mayoría dejan que sus cabellos se vuelvan blancos en los mismos lugares donde desembarcaron; hasta el día de su muerte, a la sombra de las palmeras, bajo los vientos alisios, algunos acarician el sueño de un regreso al país natal que jamás cumplirán. Esas islas son las Islas del Sur. Cuentan que en ellas estuvo en tiempos el Paraíso.

R.L. Stevenson - Las islas del sur

lunes, 15 de junio de 2009

Time After Time (ó la Ciudad del Viento)


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Time after time. La pausada respiración de la trompeta de Miles Davis y el ritmo funky del saxo de Kenny Garret. El caluroso amanecer en Madrid y el viaje en solitario a ritmo de jazz. Las vistas de Ávila desde la lejanía. El coche aparcado en el Paseo de los Poetas y la salida de la carrera de las flechas amarillas, aunque en esta ocasión no tenemos que viajar a las tierras de Oz. Sí, son flechas y no baldosas, pero aún así hoy no tenemos intención de visitar al Mago de Oz. No creemos que haya nada más que pedirle. El olor a campo que lo inunda todo. La suerte de correr por plena naturaleza aislados de todo, salvo de pequeños pueblos de la Moraña que se cruzan en un abrir y cerrar de ojos. La suerte de correr hombro con hombro. Con nuestras cosas, con nuestras charlas. La pena de no poder disfrutar más del paisaje porque la cabeza no se puede levantar del sendero y sus piedras. La sensación extraña de que falta lo que más me anima. Esta vez la cara de Cris no va a aparecer por el recorrido ni en la meta, y vaya si se nota. La suerte de que Mónica esté por todas partes con sus ánimos. En los pocos momentos que podemos levantar la cabeza del suelo ahí está. La suerte de poder seguir corriendo por el campo. Y de seguir aprendiendo a sufrir, que para todo hay tiempo. La alegría de divisar Gotarrendura. El esfuerzo de acabar lo más rápido posible. Nuestros brazos de nuevo al alto y una nueva meta que vuelve a dejar su huella en nuestro camino. La suerte de los nuestros acompañándonos en la meta. La suerte de volvernos a saber ganadores. El paisaje teñido de camisetas rojas. El sabor de una merecida cerveza. La pena de que parece que todo ha ido demasiado rápido y la carrera ha pasado volando. La satisfacción de un nuevo objetivo cumplido. La felicidad de haber vuelto a compartir una carrera. La alegría de que hemos dado un paso más. Y aún queda mucho tiempo para soñar. Por la tarde, viaje de vuelta a nuestra ciudad de viento. Atasco y blues. Que mejor música para esta tarde del mes de junio. Las ganas de llegar y verte en tu hospital aunque sólo sea un instante. El instante que he esperado todo el día. Time after time.
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Crónica de una carrera

El domingo amaneció con el cielo encapotado y con una temperatura muy buena para correr. Como viene siendo habitual, el despertador suena a las 7.45, a pesar de haber dormido poco me levanto descansado y con el ánimo puesto en la carrera. Desayuno habitual en el día de la carrera y con tiempo suficiente para hacer una buena digestión. Poco después se levanta Mónica que me acompaña en el desayuno y me ayuda en los preparativos de la mochila para que no nos falte ningún detalle. Todo cuenta y nada se puede olvidar.


A las 9 nos pasamos a buscar a Miguel, baja de casa solo, nos falta Cristina, ya notamos su ausencia en el coche. Nos dirigimos al punto de salida, según vamos llegando al pueblo se va respirando aire de carrera, vemos a gente poniéndose el dorsal, algunos ya están calentando y los preparativos en la linea de salida se van terminando. Se queda pequeño el pueblo para acoger a tanto corredor y sobre todo a tanto coche y tanto acompañante. Vamos saludando a las caras conocidas que nos encontraremos en la carrera y nos deseamos suerte mutua. Unos minutos antes del inicio y mientras realizamos nuestros preparativos (dorsal, vaselina, fotos de rigor, estiramientos y ultima bebida y comida) charlamos con una simpática señora del pueblo que nos comenta lo alegre que ve el pueblo con tanta gente y nos describe un poco el recorrido que nos vamos a encontrar. Realizamos un leve calentamiento y volvemos a la linea de salida. Esta vez llevamos todo con nosotros y no se nos ha olvidado nada. Mónica nos despide minutos antes de la salida y nos desea suerte.


Los primeros kilómetros transcurren con tranquilidad, tomando contacto con el suelo que es muy irregular y colocándonos en una posición buena con un ritmo de menos a mas. De los errores se aprende y esta vez nos tomamos la salida sin prisa y disfrutando de la carrera por el campo. Charlamos distendidamente y hablamos como 2 amigos que somos, de nuestras cosas personales y nos ponemos al día, como si de un entrenamiento se tratara pero con mas gente alrededor, no parece que estemos en una carrera, incluso en el ambiente se siente que la gente se lo toma con mas tranquilidad de lo normal.


El terreno inicial es muy irregular y no permite coger un ritmo de carrera, quizás porque estemos acostumbrados a entrenar y a correr por asfalto y sin tantos obstáculos en el suelo, comenta Miguel que todo el rato mirando al suelo para no caernos nos impide ir viendo el paisaje y disfrutar aún más de la carrera.


Llegamos al primer avituallamiento, ya hemos roto a sudar y con ritmo un poco mas aceptable vamos avanzando en posiciones. Primera vez que nos encontramos Mónica, que por suerte puede seguirnos por varios puntos del recorrido, que nos da los primeros ánimos. Realmente nos encontrarnos bien, hoy si que estamos disfrutando bien de la carrera. Vamos atravesando llanuras y caminos, que se vuelven un poco estrechos, con mucha vagueación y muy irregulares, es la parte mas fresca del recorrido pues pasamos cerca del riachuelo. Durante varios minutos por esta parte del recorrido todos vamos en fila india, son pasos muy estrechitos en los que nos golpeamos las piernas y los brazos con los arbustos. Incluso en ocasiones me parece que nos hemos perdido del resto de la gente, pues no vemos mas que arboles y piedras por el camino. Pronto salimos a una llanura mas abierta y la sensación de poder correr con más tranquilidad se apodera de nosotros, es el momento de segundo avituallamiento y de la tercera y ultima vez que vemos a Mónica antes de la meta.


Es el momento de reponer fuerzas en la bajada, glucosa, barritas energéticas y agua nos ayudan a reponer un poco del esfuerzo realizado y poder afrontar el final de la carrera con garantias. El camino transcurre por largos caminos de tierra ya es todo llano con largas rectas y con la meta al fondo, muy al fondo del horizonte. Parece que está cercano pero tarda en llegar. Cogemos un ritmo algo mas fuerte para terminar, vamos avanzando dandonos animos y con la moral por la nubes. El pueblo está cercano e incluso adelantamos a corredores que los veiamos a lo lejos. Callejenado por el pueblo vemos la meta, los nuestros nos están esperando (a Mónica se le han unido los padres de Miguel y su perrita luna). Metros antes nos abrazamos y levantamos los brazos. Nuestra firma de llegada, nuestra manera de volver a demostrar que hemos vuelto a ganar, nuestra manera de demostrarnos que vamos por el buen camino, nuestra manera de demostrarnos que tanto entrenamiento y tanto sufrimiento en solitario tiene su recompensa. Da gusto llegar a meta asi, con la sensacion de haber disfrutado de una gran carrera y de sentirnos bien.


Al terminar la carrera bebemos y comemos para reponernos, realizamos unos estiramientos y comentamos las anecdotas de la carrera, se nota lo agusto que hemos corrido por las risas que nos echamos. La organización de la carrera fue excelente, al final de la misma tenian preparado unos aperitivos para corredores y acompañantes. Reponemos fuerzas mientras se hace la entrega de trofeos y se realizan sorteos de diferentes regalos que los organizadores y patrocinadores han donado para la ocasion. Esperamos escuchar nuestros dorsales, se acercan pero no salen, no importa nos vamos con una sonrisa y la satisfacción de haber pasado un buen día.


El camino de regreso a casa es mas relajado y continuamos con las ultimas anecdotas del día. Todo ha salido bien. Ahora unos dias de vacaciones, pero sin olvidar unos pequeños entrenamientos y a seguir soñando, que lo tenemos mas cerca. De nuevo gracias por estar ahí, a todos, gracias.

viernes, 12 de junio de 2009

Thèmes et variations

(reflexiones ante la obra de Matisse)

La habitación roja, 1908. Henri Matisse, Oleo sobre lienzo

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La pintura de Matisse fluye con la libertad que proporcionan los trazos y las pinceladas que deforman la perspectiva. Para el pintor la vida es el color y así lo plasma en su pintura, en una apuesta por la esencia y no por la apariencia fotográfica. En sus cuadros todo lo invade el color. O mejor dicho, todo lo arrebata el color: la perspectiva, las formas, las sombras y la realidad. En sus obras, en sus pinturas, dentro de una habitación repleta de colorido se abre una ventana que nos lleva mucho más allá de la estancia cerrada en un viaje del interior al exterior en busca de la libertad de los espacios abiertos.

Siempre he pensado que correr es algo muy parecido. Una forma de huir, de salir hacia afuera, de viajar desde el interior al exterior. Una forma de abandonar las rutinas y disfrutar de la libertad de los espacios abiertos. Siempre he pensado que correr nos hace más libres. Tanto al exterior como al interior.

Hacia el exterior nos permite recorrer nuevos caminos, descubrir nuevos horizontes y nuevas aventuras. Hacia el interior no hace encontrarnos a nosotros mismos, nos enseña a luchar contra nuestros límites, contra nuestros miedos, nos enseña a buscar nuevas metas. La soledad del corredor de fondo nos permite pasar mucho tiempo intentando conocernos a nosotros mismos, reflexionando, disfrutando al tiempo que viajamos por senderos y caminos en busca del color, de la vida al fin y al cabo.

Ayer, festivo en Madrid, paseando por el Thyssen el color de las pinturas de Matisse lo invadía todo. El domingo nos espera un nuevo reto y el color de los paisajes de Castilla. Es una carrera que me hace una especial ilusión.

Cris no va a estar allí, y eso se hace especialmente extraño. Pero después de tanto tiempo se lo cerca que estás aunque no te vea. Te echaré mucho de menos. Pero sabemos que estarás allí con nosotros.

Nos vemos el domingo en los caminos de Santiago.

Entrenando bajo el sol y sobre caminos

El domingo tenemos nueva carrera. Es una carrera totalmente nueva para nosotros, no tenemos ningún tipo de referencia ni datos que puedan servirnos. Solo sabemos que son 16,7 kilómetros y que en su totalidad son sobre caminos de tierra, con sus piedras, sus baches, subidas y bajadas y el consiguiente polvo que hay en estos caminos.


Será un carrera dura, a pesar de ser menos kilómetros que una media marathon, estamos convencidos que será mas complicada de lo que nos esperamos. Pero desde luego, este nuevo reto, esta nueva aventura, este nuevo desafío, le afrontamos con ganas, con ilusión, con optimismo y con el afán de superación que nos rodea.


Por supuesto que no serán estos caminos con sus vaivenes los que nos detengan, no serán los 30 grados que esperamos tener los que nos detengan, tampoco la dureza del recorrido, porque nada nos podrá parar para seguir con la búsqueda del sueño, ese sueño al que solo nos quedan 148 días para alcanzarlo.


Esta semana, para ir preparando un poco la carrera, he entrenado por caminos y me he dado cuenta que los caminos son peores que el asfalto para correr, hay mas inestabilidad y las piernas se cansan mas. Ayer, ultimo entrenamiento los termómetros marcaban 29 grados y esta mañana a las 10.30 estaban por 27, así que estaremos preparados para sufrir algo mas de lo normal, tanto por el calor como por el esfuerzo que realizaremos por los caminos. Esos caminos que ya os ha descrito bien Miguel con su historia y su importancia.


Para litigar ese esfuerzo, no podremos contar esta vez con una de nuestras chicas, Cristina, que por razones de trabajo no nos acompañara, pero que estoy seguro que desde Madrid nos llegará sus ánimos para completar la carrera. Te echaremos de menos. Y Mónica será la encargada de avituallarnos, de darnos ánimos, de hacernos fotos y de recordarnos los pequeños detalles previos a la carrera para que no haya ningún olvido. Una vez más, gracias por estar ahí. El esfuerzo que vosotras también realizáis es muy importante para nosotros y lo valoramos muchísimo.


La próxima semana contaremos lo sucedido y lo dejaremos reflejado en nuestro blog para la historia

jueves, 11 de junio de 2009

Corriendo entre druidas



Al caer la noche comienzan a encenderse las primeras hogueras. En cada cruce de caminos, en cada lugar sagrado, en cada entrada al poblado. A lo lejos, en la oscuridad de la noche se percibe el resplandor de las hogueras encendidas en los poblados más cercanos. El horizonte cobra una tonalidad rojiza mientras las llamas crepitan hacían el cielo. El rito purificador del fuego comienza y la noche más mágica del año se abre a los habitantes de estos pueblos de la Edad del Hierro del siglo II a.C. Es la noche más corta del año, el solsticio de verano, la noche en la que los pueblos celtas celebran el comienzo de las cosechas, la llegada del verano, de los días más largos, mientras purifican sus cuerpos y sus vidas en la noche en la que la tenue frontera entre magia y realidad desaparece por completo.

Los celtas poblaron toda la comarca de Ávila. Estas tribus, conocidas como Vetones, habitaron todas las tierras de la meseta, y hoy, sus castros y su recuerdo quedan inmersos en estos parajes.

El pueblo celta fue un pueblo guerrero. Un pueblo agricultor y ganadero. Un pueblo con un gran sentido de la espiritualidad y amor a la naturaleza. Los druidas dirigían su vida espiritual. La naturaleza era algo que veneraban, era parte de sus dioses. El sol, la luna, los árboles, el trueno. Un pueblo mágico. Pero siempre un pueblo guerrero, dispuesto a defenderse de los ataques exteriores.

Dentro de la tribu, el paso de niño a hombre, de joven a guerrero se realizaba tras una ceremonia de iniciación y una serie de pruebas tras las cuales el niño adquiriría el rango de guerrero. Según los restos del castro de Ulaca se baraja la posibilidad de que para eso sirviese una cámara de sudoración, una sauna. Luego, tras superar diversas pruebas el joven estaría dispuesto a recibir su espada con la que ayudaría en la defensa de su pueblo.

El domingo, los senderos nos llevarán por los lugares en los que hace más de dos mil años vivían estas tribus. Cerca de sus lugares sagrados. Cerca de las colinas donde vivían y desde dónde divisaban el horizonte. Cerca de los lugares donde cazaban y guerreaban. Pasaremos junto al castro celta de las Cogotas, uno de los más importantes en toda Europa.

Quizás, por los caminos de tierra aislados de la civilización, perseguiremos la sombra del druida que prepara la festividad del solsticio de verano para la cual sólo queda una semana. Seguro, que por los caminos de tierra aislados de la civilización, perseguiremos nuestro propio destino. Nuestra propia ceremonia de iniciación tras la cual, a menos de ciento cincuenta días del objetivo, nos convertiremos en guerreros y ya estaremos listos para comenzar a preparar nuestra próxima batalla. La batalla de Marathon.




Murallas del Castro de las Cogotas

Cardeñosa, Ávila

martes, 9 de junio de 2009

Conspiración



Cardeñosa (Ávila)

El domingo no quedará otro remedio que enfrentarnos a lo desconocido, a lo inhóspito, al camino que aún no conocemos pero a través del cual nuestros pasos deben de llevarnos. A diferencia de la carrera de Madrid o la de Ávila, dónde conocíamos cada curva, cada cuesta del recorrido, cada lugar de respiro, el domingo no tendremos ninguna referencia de la carrera. Además toca olvidar el asfalto y las calles de la ciudad para recorrer senderos y caminos de tierra entre piedras de granito y encinares. Toca cambiar carretera por el polvo del camino. Pero una cosa sí que conocemos de antemano. Nuestra ilusión, nuestras ganas y nuestro valor para completar la carrera volverán a ser las mismas o quizás mayores que en las carreras anteriores, y al final, seguro que llegaremos vencedores a la meta con un brazo al cielo y con el otro abrazados, en ese gesto que ya hemos hecho tan nuestro.

Otra cosa también conocemos. El domingo no sólo vamos a enfrentarnos a una lucha con nosotros mismos, sino que también nos embarcaremos en una aventura que nos hará formar parte de toda la historia que respiran estos senderos. Por aquí pasó en 1504 el cortejo fúnebre de Isabel la Católica camino de Granada, por aquí Santa Teresa iniciaba su camino de perfección en busca de nuevos conventos que fundar, por aquí los peregrinos derraman desde hace cientos de años su sudor en busca de la tumba del apóstol Santiago.

El camino nos hará dejar atrás Narrillos de San Leonardo, Cardeñosa, el balcón de la Moraña y Peñalba de Ávila hasta llegar a Gotarrendura en lo que es algo más que un paseo histórico, cultural, deportivo y ambiental.

El camino dejará atrás todas las sombras funestas que lo rodean, su historia, sus intrigas. Intrigas que nos llevarán al recuerdo de un lejano 5 de julio de 1468.

Esa lejana tarde de verano, el infante Alfonso, hermano menor de Isabel la Católica y heredero al trono, que disputaba con su hermanastro el rey Enrique IV, hizo un alto en Cardeñosa durante su camino desde Ávila hasta Arévalo. Al detenerse a descansar, al príncipe le sirvieron unas truchas escabechadas que parece pudieran ser la causa de un trastorno que le llevara a la muerte. Su fallecimiento fue la causa de que su hermana Isabel se aliara con los nobles en contra de Enrique IV y su hija Juana la Beltraneja para alcanzar el trono de Castilla.

El camino nos espera. Con sus intrigas. Con sus misterios y sus sorpresas. El domingo nos encontraremos con él. Y con su historia, que pasará a formar parte de la nuestra.